El 8 de julio del 2024, un trágico suceso sacudió a la comunidad de las Colinas de Haina cuando miembros del Departamento de Investigaciones Criminales (@dicrim.rd) arrebataron accidentalmente la vida del joven Osvaldo Javier Germán. El incidente ocurrió durante una operación de inteligencia en la que los agentes, en un esfuerzo por capturar a dos antisociales, dispararon fatalmente a Osvaldo, quien se encontraba en frente de su casa, ajeno a la situación que se desarrollaba a su alrededor.
Según informes, los miembros del DICRIM realizaban labores de inteligencia en un vehículo blanco, que había permanecido estacionado durante varias horas en la zona. Los agentes esperaban pacientemente a los sospechosos, sin embargo, la operación tomó un giro fatal cuando, en circunstancias aún no del todo claras, Osvaldo resultó víctima de un disparo. Este error no solo causó la pérdida irreparable de una vida joven, sino que también dejó a una comunidad en estado de conmoción y rabia.
Lo que ha causado una mayor indignación en la comunidad es la conducta posterior de los agentes. Después de cometer este terrible error, en lugar de asistir al joven herido, los agentes optaron por dejar el cuerpo en el suelo y huir de la escena, montando en su vehículo solo a los dos hombres que perseguían. Esta acción ha generado cuestionamientos sobre la ética y la responsabilidad de quienes deben proteger a la ciudadanía.
Hasta el momento, se desconoce la identidad exacta de los policías involucrados en este lamentable incidente, lo que añade una capa de misterio e inquietud. La comunidad y los familiares de Osvaldo exigen respuestas claras y una investigación exhaustiva para que se haga justicia por la muerte de este joven. La falta de transparencia y la huida de los agentes solo han intensificado el clamor popular por que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
Es imperativo que el vocero de la Policía Nacional, @diego.pesqueira, tome cartas en el asunto y ayude a esclarecer los hechos. La comunidad de las Colinas de Haina, así como la familia de Osvaldo Javier Germán, merecen una respuesta y justicia para un joven que perdió la vida de manera tan injusta. La entrega de los policías involucrados no solo es un acto de justicia, sino también un paso necesario para restaurar la confianza de la comunidad en las autoridades encargadas de su seguridad.
